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DISEÑO ARQUITECTÓNICO DE UN MERCADO MUNICIPAL

miércoles, 12 de mayo de 2010

Fase 2.- ANÁLISIS DEL SITIO

Como dice el nombre, en esta fase visitaremos la población en donde se llevara a cabo el proyecto, en este caso la población de Tlaxiaco, Oaxaca, México.


Denominación

Heroica Ciudad de Tlaxiaco.

Toponimia: Tlaxiaco, tiene dos acepciones etimológicas en Lengua Mixteca y Lengua Nahuatl.


- TLAXIACO.- De la voz Mixteca: NDIJI – NUU, NDIJI = VISIBLE, BUENA.
NUU=VISTA, lo que se traduce como “lugar visible”, buena vista”, “mucha vista”, “muchos ojos”.


- TLAXIACO DEL NAHUATL: Tlachquiahco, tlach, tlachi = Juego de Pelota; Quiauhuitl = a Lluvia; kco = en; “EN EL LUGAR DE LA LLUVIA DEL JUEGO DE PELOTA”.




ESCUDO DE TLAXIACO




Se trata de un escudo tipo Español Cinturado, modificado y adaptado, el cual se presenta cuartelado; es decir, dividido en cuatro secciones; las cuales contienen elementos que son representativos de diferentes procesos históricos por los que ha atravesado el Municipio de la Heroica Ciudad de Tlaxiaco, los cuales a su vez se han constituido como iconos de su identidad histórica y cultural.

En primer lugar, en el extremo superior izquierdo, sobre un fondo rojo, como un símbolo que enmarca el esplendor de los antiguos habitantes que ocuparon el Valle de Tlaxiaco en la época prehispánica, se encuentra la figura de la lápida que fue descubierta en el Barrio de San Pedro, sede del asentamiento del pueblo de Tlaxiaco hasta antes de la llegada de los españoles. Y la cual, se le ha asociado a la fundación del asentamiento de Tlaxiaco durante esa época. Ésta contiene la figura de un conejo en la parte central, a los lados se encuentran una serie de marcadores, que posiblemente estén asociados a alguna fecha o astro; y finalmente, a la cabeza se encuentran cuatro círculos o numerales, los cuales en su conjunto se han manejado como el año cuatro conejo.

A continuación, a la derecha, en el siguiente cantón, sobre un fondo verde, se encuentra un grupo de elementos representativos del contacto español y de la fundación del pueblo de Tlaxiaco en la época Novo hispana. A la cabeza, se encuentran tres palomas, las cuales, de acuerdo a la leyenda sobre la construcción del convento, fueron soltadas desde la antigua ermita en el Barrio de San Pedro, en donde, caciques, autoridades civiles y religiosas, acordaron que en el lugar en el que éstas se posaran se construiría el templo, y se asentaría el pueblo de Tlaxiaco. En la parte central, se encuentra el escudo o emblema de los Dominicos, los religiosos que construyeron el convento de esta ciudad. Elemento que además de señalar la construcción del convento, marca el inicio de lo que, desde ese momento se conocería como el Pueblo de Tlaxiaco. Finalmente, a los lados y hacia abajo, se encuentran cada una de las fachadas de los siete barrios en los que se compone la Ciudad de Tlaxiaco, los cuales, de izquierda a derecha son: el Barrio de San Pedro, el de San Bartolo, el de San Miguel, el de San Diego, el de San Nicolás, el de San Sebastián y el Barrio Séptimo.

Posteriormente, abajo a la izquierda, en el siguiente cantón, sobre un fondo azul se encuentra un paisaje compuesto por tres nubes, lluvia, un cerro de forma piramidal, un río y sus sabinos. Tanto las nubes como la lluvia representan a la región mixteca, que en mixteco se llama ñuu-savi o pueblo de las nubes, en español. Al fondo, en el medio, se encuentra el Cerro de La Virgen el cual fue parte del terreno sobre el que se asentaron los Tlaxiaqueños en la época prehispánica, y sobre el cual, específicamente, se localiza un importante sitio arqueológico.

Abajo, como elementos característicos del paisaje del Valle de Tlaxiaco y de la Mixteca Alta, se encuentra un río con sus sabinos, que en este caso representan el Río Yutatoto, por su nombre en mixteco, que en español quiere decir río de piedras; uno de los ríos más representativos de esta ciudad, al margen del cual, igualmente, estuvo asentado el pueblo de Tlaxiaco durante la época prehispánica.

A la derecha en la parte central se encuentra la figura del reloj, una construcción de la segunda década del siglo XX, la cual, aunque de acuerdo a ciertos sectores en la población, carece de valor histórico, constituye un arquetipo; el cual se ha arraigado como un elemento distintivo de la zona urbana de la ciudad.

Finalmente, a la derecha, en el último cantón, sobre un fondo amarillo, se encuentran dos brazos; el primero, a la izquierda, de color oscuro, porta un machete, como símbolo de la lucha y la resistencia del pueblo tlaxiaqueño, y como el elemento de lucha en diferentes movimientos como la guerra de independencia, la reforma, la revolución, entre otras; en los que participaron los tlaxiaqueños. A la derecha, en un brazo más claro, representando la diversidad social y cultural de este pueblo, se encuentra un mazo, como símbolo del trabajo y del esfuerzo de hombres y mujeres que han forjado la historia de esta población. Además, el mazo es representativo de una de los oficios o industrias, que durante la última década del siglo XIX y durante las tres primeras del siglo XX, fueron clave en el desarrollo económico y social de esta ciudad, la minería y la herrería. Abajo, al centro, en un cajete trípode, como elemento de la cultura material de las comunidades indígenas de nuestra región, nace el fuego, símbolo de la fuerza de los tlaxiaqueños, símbolo de la luz, de los ideales y de la lucha, de aquellos que han llevado más allá del límite de nuestra región y de nuestro país, el nombre de Tlaxiaco.
Y por último, asociado a este último elemento, se encuentra un libro, como un icono que simboliza la sabiduría de los personajes ilustres que han nacido en esta tierra; personajes como los hermanos Rafael y Octavio Reyes Spíndola, el Lic. Juan Francisco Melgar, Enrique Pacheco Caballero, Don Leopoldo Payan, Don Emilio Pimentel, Don Jesús Sánchez, Don Elías Bolaños Ibáñez, Rufino Tamayo, entre muchos otros.

Por otra parte, a la cabeza del escudo, y coronando a éste, se encuentra un destello de doce puntas, atributo de la Virgen de la Asunción, la virgen patrona de Tlaxiaco, además se presenta como símbolo de los momentos de gloria y esplendor que ha vivido nuestro pueblo. Posteriormente, abajo a la izquierda, se encuentran tres ramos de laurel haciendo honor y distinción a las tres veces que nuestra ciudad se le ha decretado heroica; a la derecha de éstos se desprende un fleco como elemento estético, y a la derecha de éste se encuentra una orquídea, característica de los bosques de esta región y símbolo de la belleza y la biodiversidad de nuestras zonas naturales; a esta planta, en lengua mixteca se le conoce como Itandeca, o la flor amarilla que resplandece.

Finalmente, a la cabeza de este escudo, se encuentra una banda extendida con los flecos doblados hacia abajo, sobre la cual se leen los ideales por los que han luchado los tlaxiaqueños y por los que día a día luchamos: igualdad, libertad, justicia y democracia. Igualdad, porque no hay diferencias en relación a las garantías individuales y a los derechos de nuestros ciudadanos; libertad, porque creemos, defendemos y respetamos la libre autodeterminación de los pueblos y comunidades del municipio, sus tradiciones, y sus usos y costumbres; Justicia, porque a un pueblo como el nuestro, la herencia que nos dejaron nuestros padres y abuelos, al haber luchado por la soberanía de nuestra nación y de nuestro estado, nos ha enseñado a defender el respeto a las garantías individuales y a la integridad de nuestra sociedad. Finalmente, la democracia, una de las piedras angulares sobre las que se cimientan los valores y los ideales de nuestro pueblo, con la que una sociedad como la nuestra decide quién o quienes la representan.

fuente: http://www.tlaxiaco.gob.mx



HISTORIA DE TLAXIACO

Los orígenes de la Ciudad de Tlaxiaco se remontan a la época prehispánica, en la cual la ocupación de este territorio abarcó dos períodos, el período Clásico y el Posclásico, es decir del año 100 aC. al 1500 dC. Durante este tiempo dio inicio una ocupación progresiva de las principales lomas y cerros del valle de Tlaxiaco por parte de grupos humanos que se asentaban comúnmente en aldeas. Al paso del tiempo la organización social se fue haciendo más compleja, la población creció significativamente, y dado que durante este período, conocido como el de los Centros Urbanos, las sociedades se caracterizaban por la diferenciación de estatus; los sitios ubicados en los diferentes cerros adquirieron diversos rangos. De esta manera, tenemos que entre los asentamientos que se ubican en el municipio de Tlaxiaco sobresalen los del Cerro del Tambor, la Corona, la Cantera, Ojo de Agua, el Ojite, la Lobera, Cañada Alejandro, las lomas del barrio de San Pedro, el Cerro de la Virgen y las lomas del Vergel, siendo estos tres últimos los que ocupaban un estatus más elevado.

La ocupación durante esos 1600 años no fue continua para cada sitio, mientras unos crecieron otros se fueron despoblando hasta desaparecer, aquellos que persistieron lo lograron gracias a las alianzas que lograron establecer con pueblos dentro de su mismo territorio o con otros más alejados. A finales del Posclásico los mixtecos o ÑuuSavi se consolidaron como uno de los grupos más poderosos, estableciendo asentamientos en el Valle de Oaxaca, la costa y el Istmo.

Sin embargo, con la conquista española, hacia el año de 1519, se da la primera incursión de los españoles a la Mixteca, siendo Francisco de Orozco quien se hace cargo de tomar el control de este territorio, según los cronistas de la época, la conquista de estos pueblos, en general, se dio en forma pacífica. La conquista espiritual de lo que ahora era la Nueva España estuvo a cargo de tres órdenes de religiosos, principalmente; los Agustinos, Dominicos y Franciscanos; a los Dominicos les corresponde la misión de llegar a los pueblos del sur, entre ellos Oaxaca.

Los Frailes Dominicos llegan a esta región en el año de 1548, después de que el obispo de Antequera mandara a establecer una serie de curatos seglares en Tlaxiaco, siendo Fray Gonzalo de Lucero y Fray Benito Hernández los enviados para hacerse cargo de la jurisdicción de Tlaxiaco. A su llegada los religiosos fundaron una pequeña ermita en lo que hoy es el Barrio de San Pedro. Posteriormente, en el mismo año de 1548 se cree que se planeó el cambio del antiguo asentamiento de Tlaxiaco, a donde se encuentra la ciudad actual.

De acuerdo a las leyendas sabemos que las autoridades, civiles, religiosas y los caciques de Tlaxiaco, decidieron soltar tres palomas desde la ermita de San Pedro acordando que en el lugar a donde fueran a parar se construiría el nuevo templo. La fecha exacta en la que inició la construcción del convento no es muy clara, aunque sabemos, por la tradición oral, que ésta tomó 7 años, en la cual estuvieron involucrados los habitantes de esta región.

En una monografía escrita en el año de 1956, cuyo autor se desconoce, se hace referencia a la reubicación del pueblo, ésta señala:

“Existe una leyenda, la pongo como la oí contar. El pueblo dicmi [Tlaxiaco] estaba dividido por el río Yutatoto (Río de Peñas) y los de uno y otro lado del dicho río eran adversarios, entonces la hija del casique de dicmi consultó al Rey de Achiutla, dicmi era casicasgo de achiutla y el rey era tutor de la hija del cacique porque había muerto éste, el cacique: la consulta era ¿Qué debo hacer para evitar la división del pueblo? Y la respuesta: cámbialo de sitio.
Recibida la respuesta se llamo a reunión a los habitantes y acudieron a una colina que llevaba en lengua mixteca el nombre de YUCUNITACA, es decir colina o cerro de la reunión, acordaron allí cambiar de sitio al pueblo; pero la dificultad estaba en elegir el sitio; mientras unos querían un lugar otros [querían] que se eligiese otro. Se determinó que tres palomas fueran las que designaran el sitio y que donde esas palomas se pararan allí se empezara a edificar. Para este tiempo ya estaban los primeros evangelizadores cristianos, los Religiosos de la orden de Santo Domingo; Fray Gonzalo de Lucero y Fray Bernardino Minaya.

Se soltaron las palomas y las fueron siguiendo hasta que se posaron en un sitio de sabinos que rodeaba una laguna en un montesillo, paradas allí las palomas se comenzó a derribar los sabinos y hacer una sangría a la laguna y rellenarla, esperar unos días y comenzar a edificar, no hay fecha exacta de este suceso[,] solo sé que el edificio de la iglesia y el convento se terminó el año de 1719 y 1720”.

Durante la construcción los indígenas emplearon sus técnicas de construcción, es decir se negaron a utilizar andamios, como lo hacían los españoles, prefiriendo su sistema de rampas; el cual consistía en rellenar con tierra sus construcciones conforme iban subiendo de nivel, de modo que al final tenían que vaciar el relleno.

De acuerdo con los datos que aparecen en una monografía de fines del siglo XIX, localizada en el Archivo Histórico Municipal de Tlaxiaco, en el año de 1719 finalizan las obras de construcción del templo, años después finalizaría la construcción del convento. El valor de la construcción del templo y convento fue de $500,000, respectivamente; el costo de las obras y mano de obra fue financiado por el tesoro real.

Debido a que la construcción inicial carecía de torres, en el año de 1801 el pueblo de Tlaxiaco se organiza para terminar la construcción de este imponente templo; las obras se concluyeron en plena agitación social durante el período de la lucha de la Independencia. Su manufactura fue tan sólida que incluso resistió los terremotos del 3 mayo de 1853, el del 11 de mayo de 1871 y el del 19 de julio de 1882.

Cuatro años después de iniciada la construcción del templo, en 1552, se da un hecho sin precedentes, los habitantes de estas tierras piden ser congregados, un hecho contrario a lo que sucedía en el resto de la Nueva España, como se le llamaba a lo que hoy conocemos como México, en donde la mayoría de los pueblos se negaban a ser congregados.

Ante este hecho el Virrey Velasco manifestaba: “los principales y naturales del pueblo de Tasquiaco me han hecho relación que ellos, de su propia voluntad y viendo la utilidad que se les sigue, ansí en lo espiritual como en lo temporal, se quieren a juntar a vivir y poblar en partes convenientes comarcanas al monasterio para que mejor y con más facilidad se les enseñe la doctrina cristiana”.El Virrey Velasco finalmente concede la licencia y se abre con ello un nuevo capítulo en la historia de Tlaxiaco, nace el asentamiento de lo que sería ya el pueblo de Tlaxiaco, y lo que hoy conocemos como el “Centro de la Ciudad de Tlaxiaco”.
El nombre anterior del poblado, Santa María Asunción Tlaxiaco, lo lleva por circunstancias del destino, ya que la imagen de San Pedro, santo patrón del templo de Tlaxiaco, que habían enviado de España junto con una escultura de la Virgen de la Asunción destinada para Teposcolula se confundieron; a Tlaxiaco llegó el cajón de la Virgen de la Asunción y a Teposcolula la de San Pedro. Este designio del destino fue aceptado, por eso la doctrina de Teposcolula se nombró de San Pedro y San Pablo, tradición popular que confirma la relación del pueblo de Santa María de Tlaxiaco (1794), la que también nos da otra versión sobre la elección del lugar del nuevo templo para un cambio de asentamiento.
De acuerdo a las actas capitulares, Tlaxiaco fue aceptado en el año de 1550, y en el acta del Capítulo Provincial Intermedio de Santiago Apóstol de Nueva España de la Orden de Predicadores, celebrado en el convento de Santo Domingo de México, en febrero de 1552, siendo Provincial Fr. Andrés de Moguer, es designado Vicario de la casa de Tlaxiaco Fray Francisco de Loyando.
Asimismo, el monasterio se estuvo levantando al mismo tiempo que la iglesia, aunque no se terminó del todo, y fue elevado a la categoría de convento en 1607. Como los primeros evangelizadores se señalan a Fray Gonzalo de Lucero y Fray Benito Hernández, y según la tradición oral, son ellos quienes construyeron el templo y el convento, tardaron siete años en terminarlo; la cantera la extrajeron del cerro de la Corona y las piedras las pasaron en grandes cadenas de hombres del pueblo, de mano en mano, desde el cerro hasta la construcción.
De acuerdo a estudios realizados sobre la arquitectura dominica oaxaqueña del siglo XVI, y analizando la semejanza en los detalles arquitectónicos, se establece una relación entre éstos y un arquitecto español del siglo XVI Rodrigo Gil de Hontañón. Hontañón fue un constructor dentro del estilo Gótico, pero adoptó posteriormente el plateresco. Construyó muchas parroquias e iglesias conventuales y sostuvo bastantes nexos con la orden dominica. En Tlaxiaco, se usaron bocetos, dibujos y proyectos del Atelier de Hontañón y es en el templo de Tlaxiaco donde se encuentra el detalle más sobresaliente, y que se nombra “Modillón Dominico” (modillón es la ménsula o zapata que adorna por debajo a una cornisa). De este modillón de la iglesia de Tlaxiaco hay una copia exacta en la iglesia Parroquial de Santiago (Cáceres).
Hacia 1548, los habitantes de Tlaxiaco se habían dispersado en 8 cabeceras, de más o menos 100 estancias (extensión de terreno dedicado a la cría de ganado mayor o menor y que se adquiría por vía de título gratuito (merced o herencia), o de título oneroso), no contando a Tlacotepec, y para 1553 a los indios les fue ordenado cooperar con los dominicos en reducir “las congregaciones”, y a causa de esto, más de los 30 lugares que estuvieron probablemente sujetos a Tlaxiaco sobrevivieron como pueblos en el siglo XVIII, incluyendo Chicahuaxtla, Chilapa y San Mateo del Peñasco.
De acuerdo a la primera descripción de Tlaxiaco, de mediados del siglo XVI, se menciona que Tlaxiaco tenía treinta y un estancias, y la cabecera con su población correspondiente. La población daba tributo cada 60 días: “45 pesos de oro en polvo y 4 tomines, lo cual rescatan en los tianguis a cambio de su trabajo y maíz y otras granjerías; es tierra fría, siembran maíz y frijoles, tienen morales para poderse criar seda”. La iglesia de Santa María Asunción, estaba a 3 leguas del pueblo (lo que demuestra que aún no se había pasado totalmente el pueblo alrededor del nuevo templo), tenía nueve estancias a la redonda y daban tributo cada sesenta días: “trece pesos de oro en polvo, siembran maíz y frijoles, tenían granjerías con lo que rescatan, hay morales, es tierra fría y buena para trigo”.
Para los primeros años del siglo XVII, casi al principio de la Colonia, Tlaxiaco ya estaba seccionado en barrios. “Cada barrio tiene su iglesia, en donde se venera el santo del nombre del barrio. Estas iglesias fueron construidas en la primera mitad del siglo XVI, pero han tenido que ser reparadas más o menos constantemente debido a los frecuentes temblores que hay en la región”. Hubo desde entonces seis barrios, pues el Barrio Séptimo, el más alejado del centro, se fundó a mediados del siglo XIX. Fr. Juan de Alavés, oaxaqueño, fue designado Prior del monasterio de Tlaxiaco, ya elevado formalmente a la categoría de convento, pues había funcionado como casa o residencia dominica.
Posteriormente, durante las primeras décadas del siglo XIX Tlaxiaco sería nuevamente escenario grandes acontecimientos, los cuales se derivaron del movimiento independiente y a la larga tendrían un impacto determinante en la lucha por la independencia del yugo español.
Organizado en Oaxaca el gobierno insurgente, y establecidas las disposiciones para el nuevo orden, el Generalísimo Don José María Morelos y Pavón salió de la ciudad el 9 de febrero de 1813 rumbo a Acapulco. Tomando el camino de la mixteca pasó por Huitzo, Las Sedas, Huauclilla, Nochixtlán y Yanhuitlán. A su llegada a Tlaxiaco fue hospedado en la casa de la familia González, hoy de la Testamentaría Vega (actualmente el Nº 1 de la calle de Isabel La Católica). Por la noche, la sociedad tlaxiaqueña le ofreció un sarao que se llevó a cabo en la casa llamada del Hato (actualmente esquina Allende y Claudio Cruz), en la parte sur del parque y Presidencia Municipal. Allí, Don José María Morelos, exhortó a los invitados a incorporarse a los ideales insurgentes, apoyando a su ejército.
El Virrey Calleja preocupado por los sucesos de Oaxaca y el triunfo de Morelos, ordenó un destacamento, al mando del Coronel Melchor Álvarez, para que marchara sobre Antequera y recuperara la plaza. Álvarez llegó a la ciudad de Oaxaca a principios de 1814.
El 29 de abril de 1814, se llevó a cabo la acción valerosa que los realistas llamaron “Batalla del Cerro Encantado” en el cerro fortificado de Tlaxiaco. Estos hechos se dieron así: un centenar de exaltados insurgentes al mando del coronel José (Chepito) Herrera, a quien Rayón había comisionado para impulsar la revolución y que con un escaso ejército estaba en Tlaxiaco, al enterarse de que Obeso se dirigía a este lugar, se asentó en la “Loma del Coyote”. Sabiéndolo el coronel Obeso, atacó dispersando a toda aquella gente. Obeso se envaneció por este éxito y le pareció muy fácil atacar a los insurgentes situados en “una loma áspera al oriente del pueblo de Tlaxiaco y cuyo cerro es conocido con el nombre de Encantado; este nombre se le dio por la acción que en ella hubo”, señala el historiador Carriedo.
Los insurgentes que estaban al mando de Ramón Sesma, se encontraban en el “Cerro Encantado” sin armas, artillería ni recursos, pues acababan de llegar. A pesar de ello, no desmayaron, y prefirieron esperar a los ejércitos realistas y una posible muerte, desde el pequeño cerro y no en el campo raso. Obeso marchó con las tropas reforzadas por las milicias que había en Teposcolula. El jefe realista, antes de atacar, tendió por el camino su caballería, para evitar que los insurgentes, en su fuga, tomasen el camino. Sesma y los suyos observaron con serenidad el movimiento, y los dejaron escalar la loma un poco, desprendiéndose en seguida sobre los asaltantes multitud de piedras enormes, que hacían rodar, y uno que otro fuego de fusil. En breve tiempo lograron herir y matar a los que atacaban, dispersándose en seguida el ejército español. La tradición oral dice que, enojados los realistas por la lluvia de rocas, gritaban: “¡Mejor echen bala y no echen canto (cantera, piedra rocosa, peñasco)!” De acuerdo con José Antonio Gay, en su libro Historia de Oaxaca, en esta batalla hubo 19 muertos y 210 heridos.
El Congreso Constituyente de Oaxaca expidió el 10 de enero de 1825, la primera constitución política del estado. En ella se estableció que el Estado quedaba dividido en ocho departamentos. Los departamentos se dividían a su vez en Ayuntamientos y Repúblicas, igual que durante la época colonial. En este año Tlaxiaco fue erigido en cabeza de partido, dependiendo el juez del Prefecto o Gobernador de Teposcolula, y en 1831 fue Subprefectura bajo la misma dependencia.
En el año de 1827 el Congreso del Estado, por presión de los militares, se vio obligado a expedir un decreto en noviembre de 1827, ordenando la expulsión de los españoles que hubieran pertenecido a los expedicionarios que capitularon en San Juan Ulúa en 1825, y los que llegaron sin autorización del gobierno después del 14 de septiembre de 1821, con excepción de los casados con mujer oaxaqueña. El plazo que les dieron para salir fue de un mes. Tlaxiaco fue uno de los primeros lugares que dio cumplimiento a esta ley.
Cuenta la tradición oral, del dolor de la partida de los iberos. Salieron juntos, al despuntar el alba, sin llevar nada con ellos. En un sitio, donde finaliza el pueblo, tornaron la vista para mirar por última vez, el sitio donde fincaron sus esperanzas. Ninguno pudo contener el llanto al decir adiós a aquella tierra prometida. El pueblo sensible de Tlaxiaco se conmovió con esta escena, que nunca pudo olvidar, y que ocurrió junto a una cruz del camino, que desde entonces llamaron “La Cruz Llorada”. También cuentan que los franceses lloraron en este mismo lugar su derrota.
El primero de octubre de 1852, por decreto del gobierno del Estado, Tlaxiaco es elevado a la categoría de Villa.
El 24 de noviembre de 1860 la Villa de Tlaxiaco obtuvo por decreto del Congreso del Estado, el Titulo de Heroica Villa y su feria anual, que a partir de esa fecha tendría lugar el tercer domingo de octubre y los dos días siguientes. Posteriormente, el 7 de octubre de 1884 con el Decreto No. 4 que emite el Gobierno del Estado, la Villa de Tlaxiaco es erigida a la categoría de ciudad, “denominándose Heroica Ciudad de Tlaxiaco”.

En este sentido, Don Alejandro Méndez Aquino, en el año de 1984, con motivo de la conmemoración de los cien años de haber sido decretada Heroica Ciudad de Tlaxiaco, señaló que este titulo se debía:

Primero, a la victoria obtenida en la batalla del Cerro Encantado;
Segundo, durante la intervención francesas donde el ejército mexicano se cubrió de gloria.
Tercero, por su participación en las guerras de Reforma y por haber adoptado, primeramente, la Constitución de 1917.

Respecto a este último acontecimiento, Don Belisario Daza, en su Reseña Histórica de la Ciudad, manifiesta que a Tlaxiaco se le conoció como “Ciudad de los Mártires de la Reforma” al ser asesinados varios partidarios de la reforma en el Barrio de San Pedro, por lo tanto, este evento cobra “valor”, al ser sustentado por varias fuentes quedando incierto el tercer acontecimiento, que por decirlo de alguna manera, se debate entre la intervención francesa y por el hecho de que Tlaxiaco fue sede de los tres poderes del Estado, al ser asentados en esta Ciudad por el Gobernador Don José Inés Dávila, durante la lucha por la soberanía.

Durante el porfiriato, Tlaxiaco adquirió gran importancia como centro económico, político y administrativo. En 1884 por decreto del Congreso del Estado, se erige en ciudad la villa de Tlaxiaco, cabecera de Distrito de su nombre, denominándose, a partir de esa fecha, “HEROICA CIUDAD DE TLAXIACO”. La Ciudad de Tlaxaico paulatinamente pasó a ser la segunda más importante del Estado, sólo después de la capital. Durante la revolución, muchos pueblos de la región se levantaron a favor del movimiento maderista, tenemos también las influencias del ejército zapatista en algunas zonas. No olvidemos que la mixteca, pero particularmente Tlaxiaco, también fue protagónico durante en movimiento soberanista encabezado por el Gobernador José Inés Dávila, cuando el Estado reasumió su soberanía en 1915, estableciéndose tran- sitoriamente la capital del Estado en Tlaxiaco en 1916. La guerra cristera tampoco fue ajena a la región.

La decadencia del esplendor económico de Tlaxiaco sobrevino a partir de 1910, época en que inicia la Revolución Mexicana. Pero, el desastre sobrevino el sábado 12 de agosto de 1916, fecha en la Ciudad fue saqueada por el Ejército Carrancista; casas comerciales y domicilios particulares fueron forzados y saqueados por la soldadesca. En esa época los Poderes del Estado de Oaxaca radicaron en la Ciudad de Tlaxiaco; siendo Gobernador el Lic. José Inés Dávila. La residencia del Gobierno fue la primera visitada. Todos los valores que había en la caja de seguridad: monedas de oro, plata, alhajas, los depósitos y prendas de valor del Monte de Piedad del Estado pasaron violentamente a otras manos. Esa misma tarde empezaron a salir las bestias de carga llevando el producto del pillaje, lo que no pudieron llevarse fue destruido. Así ocurrió con los pianos, vitrinas, muebles y objetos de ornato. La gente se quedó prácticamente con la ropa que llevaba puesta.

La mayoría de los comerciantes decidieron trasladar lo que quedó de sus negocios a las Ciudades de Oaxaca, Tehuacán, Orizaba y Veracruz para establecerse con su familia de manera definitiva.

En 1922, se hizo el primer intento por construir la carretera, los trabajos se iniciaron en el sitio llamado “La Selva” hasta llegar a “La Cruz Llorada”, aquí tuvieron que cortar el lomerío que cerraba el paso; ahí se detuvieron los trabajos para proseguir el 10 de junio de 1925, a los pocos meses se inauguró el primer tramo terminado al 100%, consistente en 6 kilómetros aproximadamente, donde se le impuso el nombre de “Fernando Reyes” a este primer tramo, como un homenaje al militar que inició esta vía de comunicación.
El 28 de marzo de 1937, el General Lázaro Cárdenas visita Tlaxiaco y lo acompañó el Gobernador del Estado, Coronel Constantino Chapital. Permaneció tres días y dedicó dos a recibir audiencias en la casa del señor Valentín N. Jiménez, lugar que hizo veces de residencia oficial por haberse alojado ahí. En esa visita le fue presentada la solicitud para establecer una Escuela Superior que mejorara no solamente la cultura de la juventud de esta ciudad, sino también de la región mixteca. La visita del Gral. Cárdenas aportó a Tlaxiaco una biblioteca que el obsequió, y el establecimiento de la primera Escuela Secundaria Federal, inaugurada el 1º de julio de 1937.

fuente: http://www.tlaxiaco.gob.mx


Localización

El Municipio de la Heroica Ciudad de Tlaxiaco, se ubica al Noroeste y a 163 kilómetros de distancia de la Capital del Estado, es uno de los 570 Municipios del Estado Libre y Soberano de Oaxaca; y uno de los 35 Municipios del Distrito de Tlaxiaco; cuya cabecera Municipal es la Heroica Ciudad de Tlaxiaco.

De acuerdo a las Coordenadas Geográficas se ubica: al Norte 17º 19` al Sur 17º 06` de latitud; al Este 97º 29` al Oeste 97º 49` de longitud Oeste.

A una altura de 2040 msnm



Distancia de Tlaxiaco a la capital del estado.



Orografía

Tlaxiaco se ubica en un pequeño valle rodeado de dos principales cadenas montañosas que se conocen con el nombre de cerro Negro por el poniente y el Yucunino (cerro de Arriba) de 2,875 metros sobre el nivel del mar por el sur y otras pequeñas elevaciones como el cerro del Tambor, del Coyote, el Calvario, el Jabalí, entre otros.


Cerro "El Yucunino"


Hidrografía

Las pequeñas corrientes que existen son parte integrante de la cuenca del Balsas y se les conoce como ríos Yutatoto de Tablas mixteco, una pequeña presa llamada el “Boquerón”, un yacimiento importante de la comunidad de ojo de agua que surte de agua a la ciudad.

Presa "El Boqueron"


Clima

Se tiene un clima templado subhúmedo con lluvias en verano, en el invierno puede llegar a tener
temperaturas a 0° e inclusive grados bajo cero, contando con una temperatura promedio mensual a los 15°C.


Flora


Los bosques que caracterizan al municipio son los de coníferas, (pino-ocote, encinos, sabinos,enebros).



Fauna

Como parte de su fauna localizamos venados, armadillos, ardillas, conejos, zorros y diferentes aves.




Características y Uso del Suelo

El suelo de uso agricola se destina principalmente para viviendas, cultivo y escasa ganadería.


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